Mi cintura
se pierde
En la suave
presión de tus manos.
El silencio nos invita,
Y nos quedamos callados.
Siento tu aliento,
Sobre mis labios.
El deseo se cubre,
De temblor y sudor claro.
Porque estás adentro mío,
Latiendo en
mi espacio.
Los dos
corremos,
Como río
manso.
Pero ya no
somos dos,
Sólo un pálpito entregado. .
Mariana
Romano
No hay comentarios:
Publicar un comentario