martes, 24 de enero de 2017

El pueblo que era otra cosa
Hacía más de un día que viajábamos. decidimos parar en un pueblito. Mis papás se fueron a buscar algún lugar para pasar esa noche y nosotros nos fuimos a echar un vistazo.
 No sé si…fue tal la emoción de haber llegado a alguna parte que…me pareció que…no había visto el nombre de ese pueblo en ningún plano. Sin embargo, estaba contenta.
 El pueblo parecía pequeño, tranquilo, bastante tranquilo, alegre, todas las casas sencillas pero bonitas y las personas amables como si ..como si…una fuerza las obligase a sonreír  y a tratarse bien eternamente…
 Y era eso…eso…justamente lo que estaba comenzando a inquietarme… ¡es demasiado armónico, demasiado perfecto!, algo anda mal, pero no sé qué, pensaba mientras empezamos a caminar.
 Miro el teléfono .. son las 5 y34 de la tarde.
 Caminamos por una vereda y algo extrañamente, nos llama la atención:
 Era una mujer vieja con la ropa rotosa y sucia, desentonaba con la armonía del lugar, estaba parada al lado de una puerta de una casa, algo en sus ojos no me gustó, eran malvados y me parecía que me verían el alma.
 Cuando pasamos por su lado, ella dijo, con voz áspera:
-         ¡buenas  ,jóvenes!
Nosotros la saludamos y cuando ya imaginamos que no nos escucharía, mi hermano dijo:
-¡esa vieja no encaja en el pueblo este! Y se reía
 Yo pensaba….no sólo que no encaja…sino que…tiene algo raro..no sé qué es.
 Pero no sé en qué momento, perdí a mis hermanos…miré para todos lados…no estaban…miré hacia atrás lo más que pude  …nada…hacia delante…nada…
 Pero …¿cómo se pudieron haber alejado tan rápido?... ¡han desaparecido!... ¡cómo van a desaparecer!..
 Empecé a llamarlos desesperada con toda la voz….y nadie contestaba…pero… ¡no puedo entender en qué momento los perdí!, ¡cómo se alejaron tan rápido!.
 Regresé a la cuadra de la vieja y le pregunté:
-señora.. disculpe…¿ha visto a los chicos con los que iba?
 Y lo que me contestó me dejó helada:
-¡yo a usted…nunca la he visto!
-¡pero si me saludó, acabo de pasar por acá!
 La mujer muy enojada, entró a la casa y dio un portazo.
Me sentí muy confundida… ¡pasamos por aquí de verdad!... esa mujer está loca… tengo que encontrar a los chicos.
 Después de eso, otra cosa extraña sucedió:
 Las casas que antes había visto bonitas rodeadas de hermosas plantas…ahora me parecían…ahora me parecían…viejas casas abandonadas, llenas de miseria, soledad, terror, tristeza….pero…¿por qué?... ¡era como si estuviera en otro pueblo!...quería desmayarme del miedo, pero primero tenía que encontrar a mis hermanos.
  Saco el teléfono para ver la hora…. ¡qué horrible!...  ¡eran las siete de la tarde!.... ¡no habíamos caminado tanto tiempo!...  el teléfono se apagó…algo andaba mal… no podía prenderlo… ¡estaba completamente segura que tenía batería suficiente!...aquí hay algo malo…me fijo en mi reloj …efectivamente son las siete.
 Trato de mantener la calma pero transpiro, mi corazón late y late porque estoy viendo cosas que se están escapando de la lógica y temo que nadie me crea… o lo peor …¿me estoy volviendo loca?...
 Sin embargo sigo caminando y veo a alguien…es un hombre…es como la vieja…se ve descuidado en lo físico, pero los ojos malvados e inteligentes.
  Trato de no mirarlo para no asustarme pero me habla…imagino que si los muertos hablaran, tendrían esa voz:
-¿se ha perdido verdad?
 No supe qué contestar porque era como si esperase que le diga que sí, y si le preguntaba por mis hermanos…me daba miedo que me diga que no los había visto, o después diga que no me había visto a mí o qué sé yo…el miedo me embargó.
 Bajo la cabeza y sigo caminando….me hubiera gustado saber que lo que estaba viendo era una pesadilla, pero no, era verdad:
 ¡el viejo de nuevo!
-¿se ha perdido verdad?
Loca, le contesté:
-¿en qué momento ha llegado aquí? , ¡usted había quedado en la cuadra anterior!
No me contestó nada y el mal presentimiento que tenía crecía…tuve mucho miedo como ese miedo de las pesadillas…intenso y siempre con un sabor distinto…pero a este se le agregaba el sabor de lo real…sentí miedo a morir…y corrí con el hombre que siempre, siempre se adelantaba y me preguntaba lo mismo.
 Gritaba para no escuchar su voz y corrí hasta llegar al final del pueblo: era un descampado y después la ruta. Ya no vi al hombre.
 Para mi pesar, tenía que juntar valor y volver… mi familia estaba en el pueblo.
 Corrí, corrí, corrí como si metiese la cabeza debajo del agua por primera vez o como si tuviese que limpiar algo desagradable y no tuviera otra opción…mis sentidos estaban a mil, estaba tan alerta, que no tenía miedo.
Fui debajo de un árbol que , cuando lo recuerdo me da pesadillas , pero ya tenía marcado ese lugar.
 Pensaba qué hacer, mientras rogaba que no aparezca ese hombre….de pronto, escuché voces…lejanas pero voces..
 Me acerqué a ellas pero…no venían de ninguna parte…era como si se concentrasen en ese punto preciso del aire…
 Realmente quería llorar ..estaba desesperada… ¡estaba volviéndome loca!
 Y de pronto ahí los veo…
_ ¡Martín , Gabi! Les hacía señas…. ¡Por favor que me vean!
 Gabi me preguntó qué me pasaba, yo, confundida dije que me asusté por haberme perdido.
¿en qué momento te perdiste? Me preguntó Martín. yo no quise contestar.
-¡vamos, vamos, no nos demoremos! Decía Gabi… ¡hay que buscarlos en un barcito y nosotros no hemos visto ninguno!, ¿vos viste?
No, le contesté insegura.
 -Éste lugar tiene un no sé qué raro y feo, seguía hablando Gabi…eso me animó:
-yo hace rato lo noté (no quise hablar más)
-sí, a mí tampoco me gusta mucho aquí, dijo Martín.
Me inspiraron Una gran confianza las palabras de mis hermanos:
-¡Escuchen! ¡De aquí se escuchan voces! (señalando el punto del cual yo había escuchado las voces)
-¿qué? ¿cómo se van a escuchar voces de ahí? Se reían
-¡El pueblo es raro pero no para tanto! ¡ya as enloquecido! Y seguían riendo.
-¡Escuchen! Interrumpí (yo escuchaba voces)
 Permanecimos largo tiempo callados.
Estaban a punto de continuar su burla, cuando se escucharon las voces, ellos palidecieron, empecé a sentir miedo:
-¡es mamá la que habla! Decía Gabi
¡Se los escucha a los dos! gritaba Martín
 Me puse a escuchar y decían:
-…y cuando volvió de Canadá….se encontró con esa sorpresa…
-¡qué terrible , pobre hombre!
-sí, qué cosas raras de la vida..
-¡ay!
-¡qué te pasa!
-nada, no sé …tengo un sentimiento raro
-¿estás deprimida de nuevo?
-no, no sé definirlo bien…che. . ¿y los chicos? ¡ya tendrían que haber llegado!
-sí, se están tardando…pero no me han contestado el celular…
Yo grité :¡el mío no funciona!
Mis hermanos, aterrorizados me contaron que sus celulares, extrañamente, se habían apagado y no los podían prender.
 Sin pensarlo todos empezamos a gritar:
-¡mamá, papá, escuchen! ¡mamá, papá!
-Estoy intranquila, escucho un ruido
-mmm yo no escucho nada. ¡Tranquila ya van a llegar!
-¡mamá, papá , somos nosotros!
-¡ay!, siento que…siento que los chicos me están llamando… ¡pero no los escucho, no sé dónde están!
-¡ahora sí lo he sentido! Es un ruido.. no sé cómo explicarlo
-¡ al lado del árbol de la plaza!
 -¿qué dijeron? ¿escuchaste Raúl?
-no entendí lo que dijeron, mejor que vayamos a buscarlos.
 Mis padres salieron del barcito y apenas cruzaron la puerta…no sé cómo…aparecimos frente a ellos.
Mi mamá , muy asombrada dice: ¿en qué momento…?...¿por dónde anduvieron?...¿por qué no contestaban el teléfono?... ¡ay!, me asusté tanto que ya pensaba que me llamaban con sus pensamientos..
 Mi papá agregó simpático: no sólo que estaba empezando a creer a su mamá, sino que casi casi hacen que me asuste… y reía.
 Nosotros nos quedamos mudos, impresionados.. nadie quiso contar nada y acordamos que era lo mejor.
 Pero hay algo que me inquieta y creo que lo va a hacer por mucho tiempo: A mis padres les encantó el lugar y…quieren que vayamos mucho más seguido…quizás se lo tengamos que contar o…nosotros, sólo nosotros presenciemos estos sucesos extraños…quién sabe..



Mariana  A Romano


lunes, 23 de enero de 2017

Los sueños y la cuenta regresiva
Son minimomentos de la vida
Para explotarme despacito ,despacio
Lo mejor siempre viene desde abajo
Mi lírica personal
Sin proyectos para encajonar
¿cuál es tu tono? Que ya son las once
Dejame que me equivoque
La salida más cercana
Está siempre al lado de tu cama
¿por qué no doy nada?
Porque estoy con todo
Y no me asusta ningún lobo
Seguir adelante
Es la razón de la guerra y de los paisajes
Y yo nunca pienso dónde pararme
Las palabras se mueren , activame
Callejón sin salida al mañana
No le tengo miedo
Sé lavarme la cara y cortarme el pelo
Me amo a mí , y a mis objetivos de instantes
Borrame, perdeme, sabés dónde encontrarme.





Mariana Romano