El pueblo que era
otra cosa
Hacía más de un día que viajábamos. decidimos parar en un
pueblito. Mis papás se fueron a buscar algún lugar para pasar esa noche y
nosotros nos fuimos a echar un vistazo.
No sé si…fue tal la
emoción de haber llegado a alguna parte que…me pareció que…no había visto el
nombre de ese pueblo en ningún plano. Sin embargo, estaba contenta.
El pueblo parecía
pequeño, tranquilo, bastante tranquilo, alegre, todas las casas sencillas pero
bonitas y las personas amables como si ..como si…una fuerza las obligase a
sonreír y a tratarse bien eternamente…
Y era
eso…eso…justamente lo que estaba comenzando a inquietarme… ¡es demasiado
armónico, demasiado perfecto!, algo anda mal, pero no sé qué, pensaba mientras
empezamos a caminar.
Miro el teléfono .. son
las 5 y34 de la tarde.
Caminamos por una
vereda y algo extrañamente, nos llama la atención:
Era una mujer vieja
con la ropa rotosa y sucia, desentonaba con la armonía del lugar, estaba parada
al lado de una puerta de una casa, algo en sus ojos no me gustó, eran malvados
y me parecía que me verían el alma.
Cuando pasamos por su
lado, ella dijo, con voz áspera:
-
¡buenas ,jóvenes!
Nosotros la saludamos y cuando ya
imaginamos que no nos escucharía, mi hermano dijo:
-¡esa vieja no encaja en el
pueblo este! Y se reía
Yo pensaba….no sólo que no encaja…sino
que…tiene algo raro..no sé qué es.
Pero no sé en qué momento, perdí a mis
hermanos…miré para todos lados…no estaban…miré hacia atrás lo más que pude …nada…hacia delante…nada…
Pero …¿cómo se pudieron haber alejado tan
rápido?... ¡han desaparecido!... ¡cómo van a desaparecer!..
Empecé a llamarlos desesperada con toda la
voz….y nadie contestaba…pero… ¡no puedo entender en qué momento los perdí!,
¡cómo se alejaron tan rápido!.
Regresé a la cuadra de la vieja y le pregunté:
-señora.. disculpe…¿ha visto a
los chicos con los que iba?
Y lo que me contestó me dejó helada:
-¡yo a usted…nunca la he visto!
-¡pero si me saludó, acabo de
pasar por acá!
La mujer muy enojada, entró a la casa y dio un
portazo.
Me sentí muy confundida… ¡pasamos
por aquí de verdad!... esa mujer está loca… tengo que encontrar a los chicos.
Después de eso, otra cosa extraña sucedió:
Las casas que antes había visto bonitas
rodeadas de hermosas plantas…ahora me parecían…ahora me parecían…viejas casas
abandonadas, llenas de miseria, soledad, terror, tristeza….pero…¿por qué?...
¡era como si estuviera en otro pueblo!...quería desmayarme del miedo, pero
primero tenía que encontrar a mis hermanos.
Saco el teléfono para ver la hora…. ¡qué horrible!... ¡eran las siete de la tarde!.... ¡no habíamos
caminado tanto tiempo!... el teléfono se
apagó…algo andaba mal… no podía prenderlo… ¡estaba completamente segura que
tenía batería suficiente!...aquí hay algo malo…me fijo en mi reloj …efectivamente
son las siete.
Trato de mantener la calma pero transpiro, mi
corazón late y late porque estoy viendo cosas que se están escapando de la
lógica y temo que nadie me crea… o lo peor …¿me estoy volviendo loca?...
Sin embargo sigo caminando y veo a alguien…es
un hombre…es como la vieja…se ve descuidado en lo físico, pero los ojos
malvados e inteligentes.
Trato de no mirarlo para no asustarme pero me habla…imagino que si los
muertos hablaran, tendrían esa voz:
-¿se ha perdido verdad?
No supe qué contestar porque era como si
esperase que le diga que sí, y si le preguntaba por mis hermanos…me daba miedo
que me diga que no los había visto, o después diga que no me había visto a mí o
qué sé yo…el miedo me embargó.
Bajo la cabeza y sigo caminando….me hubiera
gustado saber que lo que estaba viendo era una pesadilla, pero no, era verdad:
¡el viejo de nuevo!
-¿se ha perdido verdad?
Loca, le contesté:
-¿en qué momento ha llegado aquí?
, ¡usted había quedado en la cuadra anterior!
No me contestó nada y el mal
presentimiento que tenía crecía…tuve mucho miedo como ese miedo de las
pesadillas…intenso y siempre con un sabor distinto…pero a este se le agregaba
el sabor de lo real…sentí miedo a morir…y corrí con el hombre que siempre,
siempre se adelantaba y me preguntaba lo mismo.
Gritaba para no escuchar su voz y corrí hasta
llegar al final del pueblo: era un descampado y después la ruta. Ya no vi al
hombre.
Para mi pesar, tenía que juntar valor y
volver… mi familia estaba en el pueblo.
Corrí, corrí, corrí como si metiese la cabeza
debajo del agua por primera vez o como si tuviese que limpiar algo desagradable
y no tuviera otra opción…mis sentidos estaban a mil, estaba tan alerta, que no
tenía miedo.
Fui debajo de un árbol que ,
cuando lo recuerdo me da pesadillas , pero ya tenía marcado ese lugar.
Pensaba qué hacer, mientras rogaba que no
aparezca ese hombre….de pronto, escuché voces…lejanas pero voces..
Me acerqué a ellas pero…no venían de ninguna
parte…era como si se concentrasen en ese punto preciso del aire…
Realmente quería llorar ..estaba desesperada…
¡estaba volviéndome loca!
Y de pronto ahí los veo…
_ ¡Martín , Gabi! Les hacía
señas…. ¡Por favor que me vean!
Gabi me preguntó qué me pasaba, yo, confundida
dije que me asusté por haberme perdido.
¿en qué momento te perdiste? Me
preguntó Martín. yo no quise contestar.
-¡vamos, vamos, no nos demoremos!
Decía Gabi… ¡hay que buscarlos en un barcito y nosotros no hemos visto
ninguno!, ¿vos viste?
No, le contesté insegura.
-Éste lugar tiene un no sé qué raro y feo,
seguía hablando Gabi…eso me animó:
-yo hace rato lo noté (no quise
hablar más)
-sí, a mí tampoco me gusta mucho
aquí, dijo Martín.
Me inspiraron Una gran confianza
las palabras de mis hermanos:
-¡Escuchen! ¡De aquí se escuchan
voces! (señalando el punto del cual yo había escuchado las voces)
-¿qué? ¿cómo se van a escuchar
voces de ahí? Se reían
-¡El pueblo es raro pero no para
tanto! ¡ya as enloquecido! Y seguían riendo.
-¡Escuchen! Interrumpí (yo
escuchaba voces)
Permanecimos largo tiempo callados.
Estaban a punto de continuar su
burla, cuando se escucharon las voces, ellos palidecieron, empecé a sentir
miedo:
-¡es mamá la que habla! Decía Gabi
¡Se los escucha a los dos! gritaba
Martín
Me puse a escuchar y decían:
-…y cuando volvió de Canadá….se
encontró con esa sorpresa…
-¡qué terrible , pobre hombre!
-sí, qué cosas raras de la vida..
-¡ay!
-¡qué te pasa!
-nada, no sé …tengo un
sentimiento raro
-¿estás deprimida de nuevo?
-no, no sé definirlo bien…che. .
¿y los chicos? ¡ya tendrían que haber llegado!
-sí, se están tardando…pero no me
han contestado el celular…
Yo grité :¡el mío no funciona!
Mis hermanos, aterrorizados me
contaron que sus celulares, extrañamente, se habían apagado y no los podían
prender.
Sin pensarlo todos empezamos a gritar:
-¡mamá, papá, escuchen! ¡mamá,
papá!
-Estoy intranquila, escucho un
ruido
-mmm yo no escucho nada.
¡Tranquila ya van a llegar!
-¡mamá, papá , somos nosotros!
-¡ay!, siento que…siento que los
chicos me están llamando… ¡pero no los escucho, no sé dónde están!
-¡ahora sí lo he sentido! Es un
ruido.. no sé cómo explicarlo
-¡ al lado del árbol de la plaza!
-¿qué dijeron? ¿escuchaste Raúl?
-no entendí lo que dijeron, mejor
que vayamos a buscarlos.
Mis padres salieron del barcito y apenas
cruzaron la puerta…no sé cómo…aparecimos frente a ellos.
Mi mamá , muy asombrada dice: ¿en
qué momento…?...¿por dónde anduvieron?...¿por qué no contestaban el
teléfono?... ¡ay!, me asusté tanto que ya pensaba que me llamaban con sus
pensamientos..
Mi papá agregó simpático: no sólo que estaba
empezando a creer a su mamá, sino que casi casi hacen que me asuste… y reía.
Nosotros nos quedamos mudos, impresionados.. nadie
quiso contar nada y acordamos que era lo mejor.
Pero hay algo que me inquieta y creo que lo va
a hacer por mucho tiempo: A mis padres les encantó el lugar y…quieren que
vayamos mucho más seguido…quizás se lo tengamos que contar o…nosotros, sólo
nosotros presenciemos estos sucesos extraños…quién sabe..
Mariana A Romano